martes, 24 de abril de 2007

¿Qué es la alta velocidad?

Tomado del artículo ¿AVE o Ferrocarril?, por Vicent Torres, Valencia
(España), enero de 2005.
Boletín CF+S 28 (Ciudades para un Futuro más Sostenible)-- Transporte:
¿mejor cuanto más rápido? http://habitat.aq.upm.es/boletin/n28/avtor.html


¿Valía la pena destrozar toda la planificación ferroviaria, e introducir
tantos problemas nuevos en la maltrecha red ferroviaria española, para la
introducción de la alta velocidad? Pero, ¿qué es en realidad el AVE? ¿Es un
tren, es un avión...? La publicidad de Siemens presentaba su nuevo modelo
IC3, construido para la línea Madrid-Barcelona, como un híbrido del avión y
el tren. «Un avión que vuela bajo», que decía Josep Borrell cuando era
ministro de Obras Públicas. La política de RENFE estimula este equívoco,
colocando azafatas que sonríen al acceder al tren y dan caramelos, mientras
suprime personal de explotación y mantenimiento, o cierra estaciones para
eliminar al Jefe de Estación...
¿En realidad, qué es eso de la alta velocidad? En síntesis, se trata de
trenes capaces de alcanzar velocidades más altas que los `normales'. Para
la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), velocidades altas son las
superiores a 160 kilómetros por hora. Estas velocidades se consiguen
combinando una serie de factores, técnicos y organizativos, no simplemente
trenes nuevos, no simplemente vías nuevas:

nuevas locomotoras (más potentes),
nuevo diseño de los trenes (aerodinámica...),
vías mejoradas, y con radios de giro más amplios,
señalización electrónica en cabina (en lugar de la exterior, a lo largo de
la línea, no visible a esas velocidades),
cerramiento total de la línea ferroviaria (alambradas, pasos a desnivel),
menos paradas (poblaciones que se quedan sin servicio...),
tramos de uso exclusivo (excluyendo trenes de mercancías y otros trenes de
pasajeros).

En realidad, la nueva generación de trenes rápidos había surgido en Japón
ya en los años sesenta (los Shinkansen o trenes bala) para conectar algunas
de las grandes áreas urbanas japonesas. La compañía ferroviaria francesa,
la SNCF, fue la siguiente que se planteó la construcción de una nueva línea
directa de alta velocidad, en concreto entre las dos mayores ciudades
francesas (París y Lyon). En conjunto, las líneas del Paris - Sud Est iban
a dar servicio al cuarenta por ciento de la población francesa. La línea
ferroviaria existente (cuádruple) ya se estaba colapsando, por la gran
cantidad de servicios, y existía un número creciente de vuelos entre las
dos ciudades, con saturación del espacio aéreo. La crisis económica y
energética de 1973 paralizó dichos planes, que fueron reanudados casi una
década más tarde, con la construcción (en dos fases) de una nueva línea
ferroviaria directa París Lyon, reservada exclusivamente para pasajeros. El
TGV (Train de Grand Vitesse) entró en servicio en 1981, poniendo París a
dos horas cuarenta minutos de Lyon. En 1983, con el incremento de velocidad
punta hasta los 270 kilómetros por hora y la puesta en servicio del segundo
tramo, se bajó dicho tiempo a dos horas exactas, para un recorrido de 410
Kilómetros. Hay que señalar que, aunque el tramo de alta velocidad era de
nueva construcción, y reservado al TGV, para entrar a las grandes ciudades
se salía a la red general (veintinueve kilómetros hacia el sur de París,
ocho kilómetros a la entrada de Lyon). Más tarde, a partir del tronco
principal, se pusieron en marcha nuevas ramas que alcanzaron otras
ciudades, compartiendo las vías normales con los otros trenes, a
velocidades no tan altas.

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