Extraído de Amor y Anarquía, de Martín Caparrós.
"La desertificación del campo, el amucharse en las periferias sin nombre y en ciudades invivibles, la vida totalmente dominada por los imperativos económicos, el tiempo libre y la diversión transformadas en mercadería, el creciente sentimiento de la absurdidad de una vida semejante, la continua fuga hacia delante para tratar de olvidarlo, son la suerte común de nuestra época. El transporte rápido de las mercaderías y los hombres era una exigencia esencialmente económica y se volvió un fin en sí: las exigencias funcionales de la vida estereotipada de los dirigentes, mediadores y cortesanos de esta movilidad mercantil se impusieron al conjunto de la población como necesidades dominantes. El único interés general que merece ser discutido en este fin de siglo es la tentativa de poner fin al saqueo de la vida, y no la de ganar unos minutos. Y el único crecimiento que vale la pena afirmar es el de la existencia humana, el único que permitirá salir de esta oscura prehistoria económica. Nadie se escapa del desastre. Aunque no todos vivamos junto al recorrido del TAV, todos vivimos a lo largo del trayecto de la economía".
Folleto difundido por anarquistas italianos a mediados de los 90.
viernes, 27 de abril de 2007
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