viernes, 22 de agosto de 2008

Por una nueva cultura de la movilidad.

Publicado en "Tren para Todos" en la sección Medio-ambiente,

http://www.trenparatodos.com.ar/medioamb.php

Por Elba Stancich

La Movilidad Sustentable es una manera de desplazarse y de viajar que tiene como premisa un profundo respeto por las personas y la naturaleza. Un respeto especialmente dirigido a residentes, peatones, ciclistas, pasajeros del transporte público, conductores.

Una movilidad sustentable es una manera de viajar donde el coste energético se minimiza, tanto en la elección del modo de transporte como disminuyendo el número de viajes realizados y su longitud. Y aquí está el quid de la cuestión, no solo se trata de disponer de medios de transporte lo más eficientes posibles, sino de repensar la necesidad de viajes, y esto necesariamente conlleva a repensar el modelo de producción y consumo. Por ejemplo, es irracional que una papa viaje miles de kilómetros para llegar a la mesa, cuando podría producirse a escasos kilómetros de quien la consume; así como es irracional y perverso alimentar la carrera automotriz del mundo con biocombustibles, y decir que se trata de un "transporte ecológico".

En muchas ciudades la sociedad empieza a reclamar por una nueva cultura de la movilidad que promueva la apropiación equitativa del espacio y del tiempo de la circulación urbana, priorizando los modos de transporte colectivos, en bicicleta y a pie, reordenando los espacios y actividades urbanas de manera de reducir la necesidad de desplazamientos motorizados y sus costos, y construyendo espacios y tiempos sociales donde se defienda y promueva la calidad del ambiente natural, el patrimonio histórico, cultural, artístico y paisajístico.

Optar por una movilidad sustentable es una opción política. Es cuestionar radicalmente la "cultura del automóvil particular", que en promedio ocupa más del 40 % de los espacios urbanos, para calles, garajes, estacionamientos y servicios para autos. Es comprender que los problemas de congestionamiento, inseguridad y contaminación, no se resuelven con ampliación de autopistas, más estacionamientos y más inversión para favorecer la circulación del automóvil.

Tampoco implica que tenemos que desterrar el auto como medio de transporte, pero sí disminuír su jerarquía, y que a la hora de planificar e invertir, se proporcione, en primer lugar, suficiente comodidad y seguridad a los movimientos de los peatones y ciclistas, y en segundo lugar a los pasajeros del transporte colectivo. Esto en cuanto al transporte urbano. Para largas distancias, la movilidad sustentable primero interpela -en cuanto al transporte de cargas-, si se trata de un flujo de mercaderías o materias primas que aporta a la construcción de sociedades sustentables, o refuerza el modelo concentrador de riquezas en pocas manos y depredador de la naturaleza. Posterior a ese debate es la discusión de qué modo de transporte sería el más apropiado.

Con esta perspectiva, iremos analizando las ventajas del transporte ferroviario.

Las ventajas del ferrocarril

Muchos problemas de transporte podrían resolverse mediante la creación de un sistema de transporte diversificado en el que el tren volviese a tener un papel relevante. Los trenes convencionales (no el de alta velocidad) tienen ventajas sobre el transporte por carretera o aéreo: mayores beneficios económicos y ecológicos (muchos de los cuales están ligados al consumo eficiente de energía), y las posibilidades de descongestión y buen aprovechamiento del espacio. Poseen además el incalculable valor social de una reducida tasa de accidentalidad, mucho más baja que el transporte carretero y ni hablar, -si se trata de vagones en condiciones y confortables- del placer que brinda el viajar en tren.

Cuando se realizó la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático (COP 10), en Buenos Aires en diciembre del 2004, fue difundido un estudio (1) sobre los costos de accidentes y daños ambientales provocados por el transporte. Estos costos, que no se reflejan en las tarifas ni en el precio de los combustibles, son los denominados costos ocultos ó externalidades.

Para el transporte de pasajeros las externalidades del ferrocarril son 3,3 veces menores que las del transporte automotor y 4 veces menos si se trata de transporte de cargas.

El estudio enfatiza la necesidad de alcanzar un balance apropiado de costos entre los diferentes modos. Las altas externalidades del uso del auto y el avión crea importantes distorsiones, y si bien estos costos no son atribuidos a los usuarios bajo el principio del "contaminador pagador", sin embargo los termina pagando la sociedad en su conjunto.

En este contexto, y dada la importante contribución del sector transporte al cambio climático, es urgente implementar políticas para alentar un mayor uso de modos más amigables con el ambiente, como el ferrocarril.

Habiendo superado la fatídica frase "ramal que para ramal que cierra", ojalá pasemos a recuperar ramales y revitalizar nuestros trenes, medio que se tendrá que ir jerarquizando si apostamos a promover la cultura de la movilidad sustentable.

Bibliografia consultada:

- Marcia D. Lowe, "El resurgimiento del ferrocarril". La situación en el mundo. El informe Worldwatch.1993.

- Nazareno Stanislau Affonso,"Muito Além do Automóvel: Por uma Política Nacional de Mobilidade Sustentável", 1991.

- Ole Thorson, "Movilidad sostenible", La Factoría N °5, Febrero-Mayo 1998.

- UIC and CER. "The true costs of Transport, IWW Study, 2004.

Notas:

1 - El estudio fue encargado por el Sindicato Internacional de ferrocarriles (UIC, Internacional Union of Railways) y la Comunidad del Ferrocarril europea y compañías de infraestructura (CER, Community of European railway and infrastructure companies). Y fue realizado por dos institutos independientes, INFRAS (Zurich) y IWW (University of Karlsruhe) que analizó el transporte en 17 países europeos. El mismo era una actualización de un análisis de costos realizado en el año 2000 en base a datos tomados desde 1995.

Entre 1995 y 2000, el total de costos de externalidades por accidentes, daños ambientales y congestión aumentaron más del 12% en los países analizados. En el 2000, el total de externalidades para todos los modos de transporte se estimó en 650 mil millones de euros, ó 7,3% del producto bruto interno de Europa, habiendo sido de 530 mil millones en 1995. Las causas directas de este aumento fueron en primer lugar el aumento del volumen de tránsito, sobre todo el carretero y el aéreo, y el aumento de los costos por contaminación del aire, especialmente para el transporte carretero.

El 83,7% de los costos correspondieron al transporte carretero, seguido por el 14% del transporte aéreo. El ferrocarril resultó responsable solamente del 1,9% y el transporte fluvial del 0,4%. Dos tercios del total de los costos provienen del transporte de pasajeros y un tercio del de carga.

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