El TAV (.Y vasca., corredor navarro y la nueva línea de alta velocidad en Lapurdi) es un proyecto antisocial, antiecológico, despilfarrador de recursos e inapropiado para Euskal Herria. De llevarse a cabo, no sólo producirá un enorme impacto ecológico, sino que tendrá también una fortísima incidencia en el propio modelo de sociedad, en la estructura territorial y en la economía, induciendo a su vez importantes efectos socio-culturales:
- Así el TAV ocasionará irreparables daños al medio ambiente: efecto barrera, brutal impacto sonoro, brutal impacto visual, ocupación de tierras, destrucción de acuíferos, aumento del consumo energético, infinidad de escombreras, afectación de ecosistemas de alto valor ecológico.
- El TAV acentuará el desequilibrio territorial, pues contempla úcicamente la conexión entre capitales, incrementará aglomeración de población en grandes zonas macro-urbanas y ocasionará graves perjuicios a la agricultura y al modo y calidad de vida de los municipios y comarcas intermedias, que le servirá de mero soporte fíco.
- El TAV acaba con el concepto de transporte ferroviario como servicio público y universal. Lo pagaremos entre todos pero, en función de los recorridos y el precio del billete previstos, tan sólo podrán utilizarlo unos pocos.
- El TAV tendrá efecto regresivo en la distribución de la renta y el gasto social. Y es que se trata de la mayor y más cara infraestructura jamás proyectada en este país. El gasto final de la .Y vasca. rondará los 6.000 millones de euros, es decir; el presupuesto del departamento de Vivienda del Gobierno Vasco para 24 años, el de Cultura para 25; el de Agricultura, Pesca y Alimentació para 40. Con ese dineral podría financiarse un transporte público de calidad para el conjunto de la población, así como responder a muchas otras necesidades sociales. Necesidades que, de llevarse a cabo este proyecto, continuarán desatendidas.
- El TAV no solucionará los graves problemas de tránsito y transporte existentes, pues por una parte, desatiende los desplazamientos intracomarcales, que son el 97% de los desplazamientos diarios motorizados, y por otra parte, ni siquiera hace frente al crecimiento anual del número de camiones que circulan diariamente por nuestras carreteras. Más bien al contrario, el TAV forma parte de un gigantesco plan de infraestructuras de transporte que incluye autopistas, superpuertos, plataformas logísticas y un largo etc., y cuyo objetivo no es otro que el aumento por todos lo medios del transporte de mercancías como negocio. Por lo que el TAV no sólo no contribuirá a descongestionar las carreteras, sino que al ser parte integrante del mencionado plan de infraestructuras, contribuirá a agravarlo.
- El TAV fomentará la precariedad laboral y facilitará la deslocalización industrial. Tanto el TAV como el conjunto de grandes infraestructuras de transporte están directamente relacionados con la internacionalización, la globalización de los mercados y la economía, así como con el incremento de la precariedad laboral y la deslocalización industrial derivada de las mismas. El TAV contribuirá apuntalar la hegemonía del sector servicios en detrimento del primer y segundo sector y convertirá nuestro país en zona de paso de mercancías. Con ello acentuará la situación de dependencia estructural que padece Euskal Herria y alejará la posibilidad de un desarrollo autocentrado.
- Finalmente, el TAV viene a reforzar un modelo social y económico que genera un creciente desequilibrio ecológico y cada vez mayores desigualdades sociales y de género.
El TAV es un proyecto impuesto, pues está siendo desarrollado sin la menor información y participación social y a espaldas de los habitantes de los municipios y comarcas afectadas y de la ciudadanía en general.
- Los responsables del proyecto hablan de información y participación, pero lo cierto es que la mayoría de la población enuncia la falta de información objetiva y de cauces de participación en la toma de decisiones. Lo cierto es que a falta de argumentos de peso y a la vista de la creciente oposición al proyecto, han sustituido la información y el debate por la propaganda, la ocultación e información por la criminalización y represión del movimiento opositor y la imposición.
- Tal y como han puesto de manifiesto las numerosas movilizaciones y las consultas populares celebradas hasta el momento, la mayoría social y sindical exige la paralización del TAV, pero las administraciones presididas por PNV, PSOE, UPN y UMP continúan haciendo oídos sordos y manteniendo una actitud despótica y antidemocrática sin parangón.
- Con el comienzo de las obras de la .Y vasca., el relanzamiento del proyecto de la nueva línea en Lapurdi y la apuesta ciega de PSN y UPN por la alta velocidad en Nafarroa, tanto el estado español como el francés y los gobiernos de Gasteiz e Iruña han optado, una vez más por la prueba de fuerza, la política de hechos consumados y la imposición.
Por todo ello exigimos a las instituciones y partidos políticos responsables del proyecto de TAV:
- La paralización inmediata del proyecto.
- La difusión e información veraz y objetiva en torno al TAV y a sus impactos ecológicos, económicos y sociales.
- La apertura de un debate social en profundidad en torno al modelo de transporte, de ordenación del territorio y de sociedad que queremos para nuestro pueblo, en el que participen tanto el conjunto de agentes sociales, políticos y sindicales del país, como la ciudadanía en general.
Euskal Herria, marzo-abril de 2007 www.http://www.ahtgelditu.org/