viernes, 26 de octubre de 2007

Quieren parar el tren de alta velocidad en el pais Vasco

LLAMAMIENTO ¡PAREMOS EL TAV!

El TAV (.Y vasca., corredor navarro y la nueva línea de alta velocidad en Lapurdi) es un proyecto antisocial, antiecológico, despilfarrador de recursos e inapropiado para Euskal Herria. De llevarse a cabo, no sólo producirá un enorme impacto ecológico, sino que tendrá también una fortísima incidencia en el propio modelo de sociedad, en la estructura territorial y en la economía, induciendo a su vez importantes efectos socio-culturales:

  • Así el TAV ocasionará irreparables daños al medio ambiente: efecto barrera, brutal impacto sonoro, brutal impacto visual, ocupación de tierras, destrucción de acuíferos, aumento del consumo energético, infinidad de escombreras, afectación de ecosistemas de alto valor ecológico.
  • El TAV acentuará el desequilibrio territorial, pues contempla úcicamente la conexión entre capitales, incrementará aglomeración de población en grandes zonas macro-urbanas y ocasionará graves perjuicios a la agricultura y al modo y calidad de vida de los municipios y comarcas intermedias, que le servirá de mero soporte fíco.
  • El TAV acaba con el concepto de transporte ferroviario como servicio público y universal. Lo pagaremos entre todos pero, en función de los recorridos y el precio del billete previstos, tan sólo podrán utilizarlo unos pocos.
  • El TAV tendrá efecto regresivo en la distribución de la renta y el gasto social. Y es que se trata de la mayor y más cara infraestructura jamás proyectada en este país. El gasto final de la .Y vasca. rondará los 6.000 millones de euros, es decir; el presupuesto del departamento de Vivienda del Gobierno Vasco para 24 años, el de Cultura para 25; el de Agricultura, Pesca y Alimentació para 40. Con ese dineral podría financiarse un transporte público de calidad para el conjunto de la población, así como responder a muchas otras necesidades sociales. Necesidades que, de llevarse a cabo este proyecto, continuarán desatendidas.
  • El TAV no solucionará los graves problemas de tránsito y transporte existentes, pues por una parte, desatiende los desplazamientos intracomarcales, que son el 97% de los desplazamientos diarios motorizados, y por otra parte, ni siquiera hace frente al crecimiento anual del número de camiones que circulan diariamente por nuestras carreteras. Más bien al contrario, el TAV forma parte de un gigantesco plan de infraestructuras de transporte que incluye autopistas, superpuertos, plataformas logísticas y un largo etc., y cuyo objetivo no es otro que el aumento por todos lo medios del transporte de mercancías como negocio. Por lo que el TAV no sólo no contribuirá a descongestionar las carreteras, sino que al ser parte integrante del mencionado plan de infraestructuras, contribuirá a agravarlo.
  • El TAV fomentará la precariedad laboral y facilitará la deslocalización industrial. Tanto el TAV como el conjunto de grandes infraestructuras de transporte están directamente relacionados con la internacionalización, la globalización de los mercados y la economía, así como con el incremento de la precariedad laboral y la deslocalización industrial derivada de las mismas. El TAV contribuirá apuntalar la hegemonía del sector servicios en detrimento del primer y segundo sector y convertirá nuestro país en zona de paso de mercancías. Con ello acentuará la situación de dependencia estructural que padece Euskal Herria y alejará la posibilidad de un desarrollo autocentrado.
  • Finalmente, el TAV viene a reforzar un modelo social y económico que genera un creciente desequilibrio ecológico y cada vez mayores desigualdades sociales y de género.

El TAV es un proyecto impuesto, pues está siendo desarrollado sin la menor información y participación social y a espaldas de los habitantes de los municipios y comarcas afectadas y de la ciudadanía en general.

  • Los responsables del proyecto hablan de información y participación, pero lo cierto es que la mayoría de la población enuncia la falta de información objetiva y de cauces de participación en la toma de decisiones. Lo cierto es que a falta de argumentos de peso y a la vista de la creciente oposición al proyecto, han sustituido la información y el debate por la propaganda, la ocultación e información por la criminalización y represión del movimiento opositor y la imposición.
  • Tal y como han puesto de manifiesto las numerosas movilizaciones y las consultas populares celebradas hasta el momento, la mayoría social y sindical exige la paralización del TAV, pero las administraciones presididas por PNV, PSOE, UPN y UMP continúan haciendo oídos sordos y manteniendo una actitud despótica y antidemocrática sin parangón.
  • Con el comienzo de las obras de la .Y vasca., el relanzamiento del proyecto de la nueva línea en Lapurdi y la apuesta ciega de PSN y UPN por la alta velocidad en Nafarroa, tanto el estado español como el francés y los gobiernos de Gasteiz e Iruña han optado, una vez más por la prueba de fuerza, la política de hechos consumados y la imposición.

Por todo ello exigimos a las instituciones y partidos políticos responsables del proyecto de TAV:

  • La paralización inmediata del proyecto.
  • La difusión e información veraz y objetiva en torno al TAV y a sus impactos ecológicos, económicos y sociales.
  • La apertura de un debate social en profundidad en torno al modelo de transporte, de ordenación del territorio y de sociedad que queremos para nuestro pueblo, en el que participen tanto el conjunto de agentes sociales, políticos y sindicales del país, como la ciudadanía en general.

Euskal Herria, marzo-abril de 2007 www.http://www.ahtgelditu.org/

miércoles, 24 de octubre de 2007

Coalición Cívica desecha el bala

Plan de Gobierno de la Coalición Cívica 2007-2011

En el marco de este nuevo paradigma energético, el transporte desempeña un papel relevante. Conciliaremos nuestro programa energético con nuestro programa de recuperacion del ferrocarril como transporte de cargas a ciertas distancias. Debe volverse al ferrocarril, ahora totalmente electrificado o impulsado por motores alimentados por biocombustibles, desechándose el proyecto de un tren bala a Rosario. Esa inversión deberá dirigirse a la reparación integral y ampliación de la infraestructura ferroviaria, de tal modo que puedan operar formaciones que se desplacen a velocidades de entre 120 y 150 Kilómetros por hora y cubran las necesidades de nuestro extenso territorio, que presenta un perfil ideal para las líneas férreas por sus extensas llanuras. Esto generará un nuevo estadio de desarrollo en vastas áreas olvidadas por el cierre de servicios ferroviarios.

Capítulo 5: Energía parala producción y el desarrollo: Hacia una nueva matriz energética. Pág. 80

El Bala en espera

LA CAPITAL - Domingo 21 de octubre de 2007
El tren bala va al freezer hasta después del 28

La adjudicación de la obra se hará después de las elecciones presidenciales

El proyecto del tren de alta velocidad que unirá Buenos Aires, Rosario y Córdoba continúa siendo objeto de debate a siete días de las elecciones. Tras las objeciones planteadas por el candidato a presidente Roberto Lavagna y la presentación hecha en la Justicia por su compañero de fórmula, Gerardo Morales, desde el gobierno nacional deslizaron que la adjudicación de la obra recién se concretará después del 28 de octubre. De esa manera, se intenta esquivar la polvareda política provocada por las críticas de la oposición, pero también esperar el dictamen del magistrado que tiene en sus manos la causa en la Justicia Federal.

   La presentación a mediados de septiembre del proyecto de ley del presupuesto nacional 2008 había sido un guiño positivo para la realización de la megaobra, ya que allí la Nación destinaba una partida de 4 millones de pesos para financiar los trabajos para poner en marcha el proyecto.

   Y así sólo restaba firmar el contrato definitivo de adjudicación de obras con el único oferente (el consorcio Veloxia, liderado por la francesa Alstom) que ya tiene preadjudicada la obra.

A la Justicia. Pero pocas semanas después llegó el embate del candidato a presidente por Una Nación Avanzada (UNA), Roberto Lavagna, quien pidió al presidente que “renuncie a este proyecto fantasioso que cuesta 3.600 millones de dólares, y que además no ha cumplido con los trámites legales que hacen falta”. Mientras tanto, su compañero de fórmula presentó una medida cautelar ante la Justicia para frenar la licitación.

   A la hora de explicar el pedido, Morales argumentó que todo el proceso iniciado hace más de un año viola la ley de obra pública y perjudica las arcas del Estado; y agregó: “El gobierno de Néstor Kirchner tiene que parar de hacer negocios”.

   Las respuestas no se hicieron esperar. El titular de la bancada justicialista de la Cámara baja, Agustín Rossi, respondió diciendo que el pedido de parar la licitación “está motivado por cuestiones electorales” y lo calificó como “un intento para mejorar el posicionamiento de la fórmula que encabeza (el ex ministro de Economía) frente a las elecciones”.

   Lo cierto es que otra respuesta ante el ruido que generó la megaobra en medio de la campaña es, según fuentes de la Secretaría de Transporte de la Nación, instalar un compás de espera hasta después del 28 de octubre. Lo que también permitirá esperar la resolución del juez en lo Contencioso Administrativo Nº12, Guillermo Rossi, para así evitar tener que revertir una adjudicación de esta envergadura en caso de que el dictamen no sea favorable.

viernes, 5 de octubre de 2007

Candidato presidencial disparó una bala

Exigen frenar la licitación del tren de alta velocidad a Buenos Aires

El ex ministro Lavagna fue a la Justicia para denunciar graves irregularidades. Considera que la Casa Rosada viola la ley de obra pública y causa un perjuicio a las arcas del Estado.

Javier Felcaro / La Capital - 5 de octubre de 2007

Gerardo Morales, el compañero de fórmula del candidato a presidente de Una Nación Avanzada (UNA), Roberto Lavagna, presentó el miércoles pasado una medida cautelar ante la Justicia federal para frenar la licitación del tren de alta velocidad (corredor Buenos Aires-Rosario-Córdoba) por considerar que el proceso en marcha viola la ley de obra pública y perjudica las arcas del Estado.

   “El gobierno de Néstor Kirchner tiene que parar de hacer negocios”, dijo Morales a La Capital, para luego revelar que el llamado a licitación y la consiguiente preadjudicación del también denominado tren bala, piloteados por el secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, “cuestan 3.600 millones de dólares y no cumplen los trámites legales necesarios”.

El senador nacional, acompañado por el vicepresidente de la comisión de Transporte de Diputados, Alejandro Nieva, interpuso una medida cautelar que recayó en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nº12, a cargo de Guillermo Rossi.

En pausa. Los legisladores solicitaron que la Casa Rosada suspenda la licitación, teniendo en cuenta el inicio del proceso de electrificación integral, obra civil, infraestructura de vías, señalamiento y comunicaciones y provisión de material rodante para el servicio de la línea del Ferrocarril Mitre, preadjudicada al consorcio Alstom Transport SA y otras empresas.

Morales y Nieva (postulante a gobernador de Jujuy) reclamaron que la Nación “se abstenga de adjudicar y suscribir el contrato respectivo” por considerar que hay una “violación palmaria de la ley de obra pública, que implica una inconstitucionalidad tal que lesiona derechos y causa un gravamen irreparable a las arcas del Estado”.

El proyecto de ley del presupuesto 2008, presentado a fines de septiembre en la Cámara baja por el ministro de Economía, Miguel Peirano, destina una partida de 4.000 millones de pesos para financiar las obras que demandará la puesta en marcha del moderno medio de transporte. Y fue interpretado como un empujón prioritario.

 “Las irregularidades tienen varias puntas: el llamado a licitación original en 2006 fue por 2.400 millones de dólares, con financiamiento en mitades entre la concesionaria y el Estado”, advirtió Morales, quien hoy estará en Rosario junto a los aspirantes a diputado nacional por Santa Fe de UNA.

Fue entonces cuando el candidato a vicepresidente destacó: “Ahora nos encontramos con un incremento de 1.200 millones de dólares, todo a cargo del Estado, y sin condiciones técnicas suficientes. Kirchner no puede comprometer los presupuestos del futuro gobierno con semejantes cifras”.

 Tras asegurar que los puntos cuestionados por la vía judicial “se evidencian en la documentación correspondiente a esta faraónica obra”, el senador acusó a Jaime de “desmanejo”.

El supuesto incumplimiento de los mínimos requisitos legales incluye la búsqueda de financiamiento sin considerar previsiones presupuestarias ni garantías.

No queda claro cuánto pagaría la Nación por la obra, o cómo lo haría, y el gobierno terminaría asumiendo el costo total del proyecto y no el financiamiento del 50 por ciento, como se anunció originalmente. “Es un juguete muy caro para el presidente”, sentenció Morales.

Otros destinos. Como moneda de cambio, y al igual que Lavagna, el titular del comité nacional del radicalismo exigió a Balcarce 50 que utilice los 3.600 millones de dólares “para construir dos hospitales de alta complejidad, 450 escuelas y 87.000 viviendas sociales, de las cuales 40.000 serían para Rosario”.

Pero Morales también aseveró que 800.000.000 “pueden ir al Ferrocarril Belgrano Cargas SA” y 750.000.000 “a los servicios de pasajeros del conurbano”.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Lavagna y el tren balita

La política ferroviaria es un mamarracho

Declaraciones del candidato presidencial de Argentina Roberto Lavagna, el lunes 24 de setiembre de 2007 a Radio Mitre.

Por otra parte, el ex titular de Hacienda cuestionó duramente la
política ferrovaria del Gobierno. "Lo que tenemos hoy en día es un
mamarracho, un absurdo. El más grande es el trencito de Puerto Madero:
costó cuatro veces más de lo que estaba previsto, mientras millones de
argentinos viajan vergonzosamente en subtes y trenes", expresó.

"El otro es el tren bala, un negocio poco transparente. Lo más
importante que el país tiene que hacer en materia ferroviaria es el
ferrocarril de carga del Belgrano, del que dependen 14 provincias
argentinas. Eso cuesta 800 millones, el tren bala cuesta 1.300, que ya
no es bala, es balita, porque tan rápido no va a ser", añadió.